A los 13 años , Fernando Carrillo Martínez, un joven que apenas cursaba séptimo grado de bachillerato, ya demostraba sus inquietudes y habilidades artísticas. Además de esto también poseía un espíritu emprendedor y deseaba salir adelante. Ingresó como aprendiz en una fábrica de porcelanas y fue discípulo de uno de los más renombrados artistas y escultores del momento en Colombia. Alternando sus conocimientos empíricos con los estudios de arte, escultura y restauración artística se abrió paso en el maravilloso mundo de las artes plásticas.
A los 17 años fundó Angelino Capriatti una empresa que se dedica a la fabricación de piezas decorativas en porcelana, la restauración de todo tipo de antiguedades y objetos artísticos en general.
Hoy por hoy y con más de 35 años de experiencia, es la fábrica de porcelanas con más reconocimiento de toda América latina. Sus obras han sido expuestas en Estados Unidos, Canadá, México, España, Francia, Rusia y gran parte de África.